lunes, diciembre 27, 2004

Regreso.

He vuelto, que no es mucho decir, porque quizá nunca estuve y porque en mi anterior diario (qué absurda palabra), como en éste, sólo escribía para una persona. Y ahora es también Raquel la que me hace de nuevo situarme a este lado del espejo con la vana esperanza de que quizá algún día, aburrida y perezosa, pinche en el link oportuno del Comité de los Sueños y lea alguna de estas lineas antes de ir a fumarse un cigarrillo a su ventana abierta a la noche de Madrid, consciente y sorprendida de que aún existo. De ese Madrid que ya he abandonado definitivamente, después de más de un año perdido en mí mismo, como tantas y tantas cosas que me he dejado en el camino. Que ya no venga el mundo a vivirme, que ahora soy yo el que, sin embargo, me muevo.

Neko