domingo, abril 17, 2005

ida y vuelta

Una comida de trabajo (absurdo término) con dos directivos de mi empresa en Madrid no era, evidentemente, mi mejor hoja de ruta para acabar la semana. Y más cuando era consciente de que me iban a dar una larga charla sobre mi poca implicación con la empresa, mi despreocupación por los objetivos y demás vainas. Como dirían aquí, sabía que me iban a correr el tejao. Pero el encuentro no fue tan malo como yo temía. Fue mucho peor. Tipos de trajes impecables, gomina escultórica, y un restaurante muy internacional, muy moderno y muy...en fin, dejémoslo. Esa noche, casi llegando a mi casa en Las Hurdes, decidí que iba a seguir adelante unas cuantas decenas de kilómetros más. Hasta Riomalo, alquería de Caminomorisco. Nada más atravesar la puerta del mesón-asador de José Manuel Carrero sabía que ese espantoso día podía no acabar tan mal al fin y al cabo. Y no me equivoqué, y conseguí olvidar el restaurante de Madrid y todo lo que allí ocurrió cuando la mujer de José Manuel me sirvió unas deliciosas patatas meneás, con buen vino de cosecha familiar y clandestina, manjares de dioses, seguidas de los mejores huevos fritos con pimentón y panceta que he probado jamás. En la sobremesa José Manuel se sentó conmigo y, mientras fumábamos esos peculiares puros que siempre me ofrece, prometió llevarme por una ruta a pie de cuatro horas en Las Batuecas para ver unas pinturas rupestres que, me dijo muy serio, harían que me olvidara de Paul Klee. Definitivamente dormí como un niño esa noche.

3 Comments:

At 10:31 p. m., Blogger La de la ventana quiere decir...

Mmmm... Qué bien lo cuentas... Casi puedo oler la panceta...

 
At 1:19 p. m., Blogger dwalks quiere decir...

personalmente, me lo tomaré como una especie de venganza por mis post-comida que tanto me gusta escribir últimamente, no porque lo sea, sino porque realmente es duro leer un post de este tipo a la una de la tarde de un lunes. casi he podido oler tu cena y mataría por ella, te lo aseguro.

me pareces un tipo inteligente, con la actitud adecuada ante los problemas. no sirve de nada hundir la cabeza en la almohada en medio de la presión, porque se hace mayor. es mejor desdramatizar y apartar la vista de ellos cuando tenemos los nubarrones justo encima de la cabeza, para atacarlos más tarde, algo más relajados y más objetivamente.

 
At 1:46 p. m., Blogger Johan Schnabel quiere decir...

Dwalks:
Realmente tus post culinarios los he seguido atentamente, absolutamente fascinado de que consigas sobrevivir a una semana entera de comida rápida. Pero lo del brunch si que sonaba realmente apetecible.

 

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