lunes, enero 17, 2005

otras vidas

Hay veces en las que me sumerjo en el ejercicio mental de probarme otras vidas. Echo mano de un Atlas y dejo que el azar me guíe por sus páginas, a ciegas, poso el dedo índice sobre un punto de cualquier mapa y abro los ojos a lo que me haya deparado el destino: por ejemplo, la ciudad de Caldera, en el norte de Chile. El siguiente paso es pedir ayuda a Google, el conocimiento absoluto (que alguien me explique la diferencia entre Google y Dios, porque yo no la veo). Y aprendo que Caldera es una ciudad costera enclavada en el desierto de Atacama, cercana a la ciudad minera de Copiapó y a la Pan-Americana, con buenas zonas turísticas como la Bahía Inglesa, llamada así porque un corsario hijo de la Gran Bretaña, mercenario y servil a Su Graciosa Majestad, recaló por allí. ¿Y que vida podría tener yo de haber nacido en Caldera, Chile? ¿Funcionario de Correos, hostelero, regente de un negocio de turismo activo?..........Y así hasta que hago un estudio detallado de lo que pudo haber sido y no fue. Aunque hay veces que hilo más fino y no me quedo sólo a nivel ciudad, sino que me hago de planos, callejeros, guías, y voy ampliando y ampliando mi visión hasta un barrio, una calle, una casa, la segunda planta izquierda de esa casa, y me veo a mí mismo en la habitación del fondo, fumando y mirando absorto un Atlas, intentando imaginar cómo sería mi vida en ese país tan pintoresco del Sur de Europa separado del continente africano por unos escasos kilómetros de mar...

1 Comments:

At 10:02 p. m., Anonymous Anónimo quiere decir...

Me encanta este post, Johan. Me encanta.

 

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