viernes, junio 23, 2006

más ocasos

..esta foto NO es de Schnabel, pero tb tiene dueño...


- ¿Qué estás leyendo, Johan? - me interrumpió Raquel, que tiene la hermosa cualidad de aparecer en el momento menos propicio-

- Ya nada- dije, colocando con fastidio el marcador de páginas en el libro-

- ¿Y qué leías? Déjame ver.

En un segundo el libro estaba en sus manos. Mientras ella destrozaba mi privacidad literaria decidí encender un cigarrillo.

- ¿Jodorowsky? No he leido nada de él, pero he visto alguna entrevista y me parece un tipo interesante. Es chileno, ¿no?

Mientras ojeaba el libro, Raquel llegó a la página donde tenía yo colocado el marcador. Algo llamó su atención y se detuvo. Colocando el dedo pulgar entre las páginas sacó el marcador del libro y lo miró con atención. Luego me miró a mí desafiante.

- ¿Marcas los libros con fotos? ¿Marcas los libros con malditas fotos de atardeceres? ¿De esos atardeceres que tanto odias y que sólo nos pueden gustar a los tarados mentales? ¿Eh, Johan, contesta, marcas los libros con odiosas fotos de atardeceres?

Era una pesadilla. No es posible que la discusión sobre amaneceres y atardeceres me persiga toda mi vida. Y volvió a la carga, implacable.

- Así que el vanguardista Johan, el que está por encima del resto de los mortales, marca sus libros con estúpidas fotos de atardeceres. ¿Un pequeño desliz, Johan? No tan pequeño, porque esta foto ya tiene sus añitos, y se ve que ya ha recorrido más de un libro y más de dos...

- Raquel, no te pases de lista, ¿vale?, eso no es una foto de atardecer.

- ¿No? Y entonces...¿me puedes decir qué coños es? Me juego el cuello a que esto es un atardecer en el Sena.

- No, te equivocas, Raquel. No es una foto. Es un regalo. Un regalo que aprecio, y que por tanto conservo. Te dije, es cierto, que las fotos de anocheceres no son fotos, sino sentimientos que sólo pueden comprender los que las hicieron, y que un espectador ajeno no puede captar. Pero con el archivo JPEJ me regalaron adjunto el sentimiento exacto y detallado que experimentó la persona que hizo la foto en el momento de apretar el disparador de la cámara. Me hizo cómplice del secreto del anochecer en París, así que, aunque tú veas una foto más de atardeceres, yo veo más cosas, porque soy un iniciado. Por eso la conservo, Raquel. Y por eso te digo que no es una foto.

- Johan, hermano...tus argumentos son cada vez más rebuscados para defender lo indefendible. Pero no pienso perder más tiempo discutiendo contigo, pues sé que jamás darás tu brazo a torcer ni lo más mínimo. Eres un cínico. Ahí te quedas, me voy... quizá pueda tomar alguna buena foto este anochecer.

jueves, junio 22, 2006

Fe de Ratas

...vale, lo reconozco, no soy una maravilla editando post, ya me han dicho que el inmediatamente anterior solo se puede visualizar con el Firefox y que con el Internet Explorer en lugar del texto se ven una sucesión de símbolos sin pies ni cabeza...Pero, creedme, no merece la pena re-editarlo. Ya se sabe, los textos sólo son una excusa para colgar las fotos...

sábado, junio 10, 2006

grises

...Foto: Schnabel...Click para ampliar


...Hace años recorrí en bicicleta gran parte de Marruecos, acompañado de una amiga. Sólo llevábamos en los bolsillos el dinero necesario para el Ferry de vuelta desde Tánger, y nuestro único equipaje lo componían dos sacos de dormir, escasa ropa de repuesto y dos cantimploras. Estuvimos pedaleando por carreteras y caminos marroquíes durante treinta y siete días, en los que conocimos la verdadera hospitalidad, aquella que los occidentales ya hace tiempo que hemos perdido. No hubo ni un sólo día que no tuviéramos qué comer, ni una sola noche que no tuviéramos dónde dormir. Hoy me cuentan que la cosa ya no es tan sencilla, que estos años turbios que vivimos les han hecho perder gran parte de su inocencia ancestral, que la desconfianza se ha alojado en sus miradas. Me cuentan, me cuentan. Pero yo estoy seguro que seguiré sintiéndome más en mi casa tomando el té en una plaza de Fez que tomando una cerveza en Alexander Plazt. Porque los años me han enseñado que el mundo no es ni blanco ni negro, sino que en medio hay, como saben los fotógrafos, nueve grises infinitos...

Neko