miércoles, junio 22, 2005

lenguas

Dejé la mochila sobre la silla que hay junto a la puerta y seguidamente salí de nuevo con dos verdes y heladas Heinneken. Raquel, sentada en el umbral, intentaba recuperar el aliento.

- Joder, Johan, la vida urbana me mantiene en un estado de forma deplorable.

- Si te sirve de consuelo yo también estoy reventado. Quizá no ha sido muy buena idea ir hasta allí arriba con el calor que hace hoy - me bebí media cerveza de un trago-. ¿Sabes que anoche, echando un ojo al blog, me topé con un comentario que alguien hacía con respecto a tu llegada?

- ¿Todavía escribes ese blog?

- Sí, a ratos, pero escribo.

- Recuerdo que en uno de los primeros post decías que lo escribías casi exclusivamente para que lo leyera yo.

- Sí, Raquel, esa era la idea, pero con el tiempo tú dejaste de leerme y yo dejé de escribir para tí.

- Y dime, Johan.. ¿qué comentaba ese alguien con respecto a mi llegada?

- Decía algo así como que ahora que estás aquí no es momento de retorcer el lenguaje a lo Schnabel. No acabo de comprender eso de retorcer el lenguaje a lo Schnabel.

- Pues te aseguro que yo sí lo comprendo, señor Schnabel. Y el tipo que te escribió el comentario se ve que también te ha calado.

- ¿Tú crees?

- ¿Sabes, Johan? ... Ahora mismo tengo uno de esos momentos en los que te da la impresión de que esta conversación ya la has tenido, que este preciso instante ya lo he vivido. Un deja-vú, ¿no se dice así?.... Y ya sé lo que me vas a decir, que estoy cansada por la caminata y que es una jugarreta de la mente, que fabrica falsos recuerdos...

- Pues no, mira, no te voy a decir eso.

- Ah, ¿no?

- No. No es un falso recuerdo lo que tienes ahora. Es un verdadero recuerdo. Es cierto que es una jugada de la mente, pero el recuerdo es verdadero. Cuando se dan ciertas condiciones, se nos cruzan los cables neuronales y...te voy a poner un ejemplo: yo te saco la lengua. Tus ojos procesan la imagen y la envían al cerebro, y éste a nuestra consciencia...pero a veces ese proceso se ralentiza infinitesimalmente, y somos conscientes del suceso unos instantes ínfimos de tiempo más tarde de lo que debiéramos. Y en esos instantes que tardamos en ser conscientes del suceso, por otra vía ya se ha anclado en nuestra memoria, a la que llega más rápido que a la consciencia. O sea, que somos conscientes de algo que sucede y que previamente ya teniamos en la memoria, por eso nos da la impresión de haberlo vivido antes. Pero el recuerdo en sí es verdadero, realmente tu recordabas que yo te saco la lengua antes de ser consciente del hecho.

- Nunca me has sacado la lengua, Johan.

- Ni lo sueñes. Creo que es el órgano más íntimo que tenemos, y no es para que esté por ahí en los recuerdos ajenos...

miércoles, junio 15, 2005

más piedras

Es curioso y me ha dado que pensar: la gran mayoría de gente que conozco y que se definen a sí mismos como ateos, agnósticos o no creyentes, sienten una gran atracción por las iglesias. En algunos casos una veneración insana y contradictoria, en otros una sincera e inútil búsqueda de aquella verdad de las que le han hablado desde pequeños, en los más simple amor al arte, al silencio y a la cultura (esos son los que entran igualmente con el debido respeto en una mezquita y en un templo budista). Yo no me incluyo en ninguna de esas categorías. Lo mío es fascinación por la ruina, por el qué fue de estas piedras: adoro las ermitas derruidas en parajes insólitos, los restos de monasterios invadidos por el bosque, los antiguos cenobios en páramos por los que sólo se acuerda de pasar el viento. En resumen: Raquel y su maleta roja vinieron anoche para pasar un número impreciso de días en mi casa.

jueves, junio 09, 2005

de piedra

Parafraseando a Borges, me siento más orgulloso de los blogs que leo que del que escribo, así que el poco tiempo que paso últimamente frente al pc lo dedico a vagabundear por la blogosfera en busca de perlas escondidas y a visitar de nuevo las ya conocidas. Pero prometo salir de mi estado casi pétreo ya mismo y volver a escribir insufribles post de la manera habitual. (Ya sé, ya sé, blogs, post...no es castellano antiguo...)

Foto: Schnabel..............(click para ampliar)

viernes, junio 03, 2005

patria

Julia (ya sabéis, mi vecina de calle, pared con pared) se ha traido un chico a su casa. Un chico como 20 años menor que ella, que debe rondar los 45 (espero que no lea este post y me crucifique en el monte por indiscreto). Me lo presentó ayer por la mañana, en su casa, delante de tres cafés negros y espesos como chapapote.

- Pero, tú no eres de aquí, ¿verdad, Schnabel? -debe tener un problema de dicción, porque evitó a toda costa llamarme sencillamente Johan-.

- Pues....como que no. Bueno, ahora sí soy de aquí, ya sabes, la patria en los zapatos y todo eso.

- Sí, hay gente con facilidad para despegarse de su tierra -intentó argumentar-. Pero yo particularmente si tuviera que vivir fuera de España creo que la echaría mucho de menos, Schnabel.

- Mira, Miguel -que así se llama- Eso de extrañar, la nostalgia y todo eso es un bálsamo. No se extraña el país, se extraña el barrio en todo caso, pero también lo extrañas si te mudas a diez manzanas. El que se siente patriota, el que cree que pertenece a un pais es un tarado mental. La patria es un invento. La verdadera patria son los amigos. Esos sí que se extrañan.

Me miró en silencio y con los ojos afilados, sopesando si debía ofenderse por mis palabras, estudiándome para intentar comprender si mi tono había sido agresivo o una simple exposición ideológica en una charla de amigos. Julia, recostada en el sofá de mimbre, observaba la situación con una sonrisa cómplice en los labios, divertida por la inocencia de su chico, a la vez que un poco decepcionada porque Miguel no hubiese sabido reconocer que mi parrafada incendiaria la había pronunciado Federico Luppi en la película Martín (Hache).

Neko