lunes, enero 31, 2005

tras la ventana

j.schnabel

Ego-Centro

Y, pese a todo, tener la convicción de que el mundo está ahí puesto para mí en exclusiva, que los mil caminos que tercamente se bifurcan en otros mil se me ofrecen como un regalo divino, que soy afortunado de ser y estar y equivocarme, una suerte de Show de Truman con un decorado tan grande como el globo terráqueo y millones de actores-espectadores para todos los cuales yo y sólo yo soy la razón de su existencia.

miércoles, enero 26, 2005

Certeza

Siempre tengo la impresión de que me queda todo por hacer, que la parte realmente interesante de mi vida es la que está por venir, aunque ya tengo consumida una buena porción de mi tiempo, pero miro atrás y pienso...¿qué coños has estado haciendo todo este tiempo?...la sensación de haber derrochado mis días es una pesada carga en mis bolsillos, y lo peor del asunto es el saber que probablemente el resto de mi vida sea igualmente una fuga inevitable de minutos y minutos y minutos camino de ninguna parte.

lunes, enero 24, 2005

Na rua

j.schnabel

sábado, enero 22, 2005

giro

...y gira el mundo bajo mis pies, de oeste a este, sin detenerse nunca, sin esperarme nunca, sin contar conmigo nunca, implacable, omnipotente, inaccesible...

jueves, enero 20, 2005

...cosido a mi sombra

j.schnabel

lunes, enero 17, 2005

otras vidas

Hay veces en las que me sumerjo en el ejercicio mental de probarme otras vidas. Echo mano de un Atlas y dejo que el azar me guíe por sus páginas, a ciegas, poso el dedo índice sobre un punto de cualquier mapa y abro los ojos a lo que me haya deparado el destino: por ejemplo, la ciudad de Caldera, en el norte de Chile. El siguiente paso es pedir ayuda a Google, el conocimiento absoluto (que alguien me explique la diferencia entre Google y Dios, porque yo no la veo). Y aprendo que Caldera es una ciudad costera enclavada en el desierto de Atacama, cercana a la ciudad minera de Copiapó y a la Pan-Americana, con buenas zonas turísticas como la Bahía Inglesa, llamada así porque un corsario hijo de la Gran Bretaña, mercenario y servil a Su Graciosa Majestad, recaló por allí. ¿Y que vida podría tener yo de haber nacido en Caldera, Chile? ¿Funcionario de Correos, hostelero, regente de un negocio de turismo activo?..........Y así hasta que hago un estudio detallado de lo que pudo haber sido y no fue. Aunque hay veces que hilo más fino y no me quedo sólo a nivel ciudad, sino que me hago de planos, callejeros, guías, y voy ampliando y ampliando mi visión hasta un barrio, una calle, una casa, la segunda planta izquierda de esa casa, y me veo a mí mismo en la habitación del fondo, fumando y mirando absorto un Atlas, intentando imaginar cómo sería mi vida en ese país tan pintoresco del Sur de Europa separado del continente africano por unos escasos kilómetros de mar...

miércoles, enero 12, 2005

sueños

Foto: Juan+

martes, enero 11, 2005

El Sur

Anoche, después de cenar, me fuí a las afueras del pueblo, a observar un rato las estrellas. Obvio decir que hacía un frío de mil demonios. José diría que "estaba cayendo una buena pelona", que equivale a decir que estaba helando. Y allí, bajo las estrellas congeladas en la bóveda celeste, me acordé por primera vez en muchos días de Raquel. Recordé que ella había comprado cientos de esas estrellitas fosforescentes que venden para acompañar a los niños en la noche, y ayudándose de un mapa celeste del Hemisferio Sur lo había plasmado en el techo de su dormitorio, al menos las estrellas más significativas, para, decía, echar un vistazo antes de dormirse a la noche austral que jamás había podido contemplar. "Dios nos hizo trampas escamoteándonos la mitad de la hermosura del Universo", me dijo a modo de explicación mientras apagaba la luz y aparecía mágicamente sobre mí la Cruz del Sur, bella, geométrica e ignorada.

domingo, enero 09, 2005


schnabel

sábado, enero 08, 2005

penas

De cuando en cuando recala por el mesón de José un curioso personaje, mitad poeta mitad colgado, al que llaman Borrella. Lo cierto es que José no sabe su nombre de pila, ni creo que le importe demasiado. Es cabrero por cuenta ajena y la soledad del monte ha hecho de él un tipo taciturno y de pocas palabras. No es de por allí, llegó de fuera hace diez años y se quedó, aunque no se relaciona demasiado con los vecinos. Cuando el mesón está vacio y a punto de cerrar, José le deja que fume marihuana de su propia cosecha -algo no poco habitual por estos lares-, que lleva en una vieja talega de cuero, a condición de que toque un poco la guitarra. José dice que cuando vivía en Sevilla trabajando en la construcción, antes de montar el mesón, aprendió a apreciar el cante flamenco y a aborrecer las grandes ciudades, así que guarda una relación de amor odio con sus recuerdos sevillanos. Sospecho por algunos detalles que ha dejado caer que también hubo una mujer por medio y que la cosa no acabó demasiado bien y le marcó de por vida. Borrella suele acariciar la guitarra durante largos minutos, demorando el momento de empezar a arrancarle sonidos. Yo, olvidado ya por ambos, discreto en mi rincón, observo fascinado el ritual. Unos acordes, breves punteos. Y al rato, tras unos tragos de vino, José se arranca, los ojos cerrados como un derviche girando sobre el mundo que gira, dejando fluir la angustia como sólo puede hacerlo alguien que está de vuelta: "se murieron de pena tus penas, que se murieron y no fuiste a llorar..."

viernes, enero 07, 2005

...sobre héroes y tumbas...


jschn

La isla del tesoro

La casa que me ha alquilado José, todo piedra y vigas de madera al aire, tiene una enorme buhardilla (doblao, le dicen aquí) llena de objetos de las más diversas índoles, desde aperos de labranza que no tengo ni la más remota idea de para qué sirven cada uno de ellos hasta aquellas cajas antiguas de Colacao, de chapa, llenas de fotografías antiguas, cartas y unas pequeñas semillas negras que esperan en el purgatorio vegetal a que algún día alguien se digne a enterrarlas en el cielo-suelo de las plantas de una vez. Sólo he entrado una vez, y salí de allí con la vergonzosa sensación de haber invadido un espacio íntimo que no estaba incluido en mi alquiler. Se lo he comentado a José y me ha dicho que cuando compró hace unos años la casa y la rehabilitó subió al doblao las pertenencias que los antiguos dueños habían arrinconado en una de las dependencias del piso de abajo. Y curiosamente me ha dado permiso para hurgar a mi antojo entre ellas e incluso adueñarme de lo que me plazca. Pero, aún así, no me decido (faltas no me ganan) a desenterrar los fantasmas de la casa. Quizá en unos días pierda mis escrúpulos, es demasiado tentador para mi alma de fisgón.

miércoles, enero 05, 2005

Mañana, sol


martes, enero 04, 2005

Spleen

La dulcemente amarga tristeza gris lluviosa de falso aristócrata romántico Heathcliffiano decimonónico venido a menos de saberme perdidamente y permanentemente y gracias a Dios incomprendido.

De dioses, patrias y familias

Tengo un cuñado (eh, sí, hasta el andaluz holandés Johan, que es más raro que un perro verde, tiene familia) ....tengo un cuñado, decía, que presume de ser un magnífico padre y reparte consejos gratuitos y que nadie ha pedido sobre la cría del cachorro de hombre y su preparación para hacerlos provechosos a la comunidad. Lo cierto es que únicamente los prepara para hacerse provechosos para sí mismos, y la educación católica-apostólica-romana que igualmente procura que le impartan en el colegio choca frontalmente (quizá no tanto, soy demasiado condescendiente hoy con las pobres monjitas pro Escrivá de Balaguer), choca frontalmente, sigo diciendo, con las enseñanzas de odio y avaricia que él les inculca en casa: todo el que es diferente es malo, y el mejor político es el que me tiene las hipotecas más bajas (el hecho de que gente muera parece que no es tan importante, al fin y al cabo qué carajo, todos nos morimos alguna vez). Por supuesto la ecuación aquella de sangre por petroleo era para él de cajón, matemática pura, sin dolores de conciencia,claro que sí, sangre por petroleo, siempre que no sea su sangre y que ayude a bajar las hipotecas. Otro día hablaré de los cientos de objetos diversos que acumula por el simple deseo perverso de tener más que el vecino: películas que nunca verá, libros que, por supuesto, es evidente, jamás leerá, discos que le saldría un eccema de escuchar, pero qué coños, si los vende El Mundo a 4,50 € ¿porqué desaprovechar la oportunidad? Él siempre quiere tenerlo todo más grande que nadie, creo que Freud se frotaría las manos con un caso como el suyo. Pero tengo que reconocerle una cosa, gracias a él y a los miles y miles como él que pueblan este bendito país he perdido absolutamente hasta el último resquicio de chauvinismo y de amor patrio, si es que alguna vez lo tuve por algún país. Una vez le dije a una amiga que desde el Meteosat no se ven las fronteras (frase de lo más evidente). Ahora veo que las fronteras están en mi piel y que nunca podré salir de ellas.

Regalo

Quizá aún estoy a tiempo de pedirle a los Reyes Magos de Oriente que este año, por fin, me dejen asistir al fin del mundo, en primera fila, como los señores...

domingo, enero 02, 2005

noche

Las estrellas se excitan con el frío. Allí arriba deben regir otras leyes naturales.

Año Nuevo

Conocí a un tipo en el bar de una gasolinera y me ha alquilado una casa que me queda enorme en una minúscula alquería del norte de Cáceres, cerca de la provincia de Salamanca. José, que así se llama, es dueño de uno de los dos mesones de la aldea y pasé con el la nochevieja. Solos los dos. El resto de la gente fué a emborracharse al otro mesón, cuyo dueño, al parecer, es más sociable y más ameno en estos menesteres. Dimos buena cuenta de unos huevos fritos con chorizo y tocino y de dos botellas de vino de dudosa procedencia y más dudosa calidad, culminando el banquete con unos tragos de sidra El Gaitero, a una temperatura infame, y con unos puros resecos que José guardaba en una caja de cartón, recuerdo de bodas de diversos parientes. Tras varias horas de conversación insustancial, recorrí los escasos 20 metros que me separaban de mi nueva casa dando traspiés, un poco bastante borracho, pero contento de haber tirado por el sumidero el maldito 2004 que ya iba siendo hora que se muriera.

Neko