huir
...Foto Schnabel (clik para ampliar)...

...Hace años tenía la mala costumbre de huir de mí mismo por la vía de hacer kilómetros impulsivamente, como si el viaje fuera la solución a mis problemas existenciales. Y todo absurdamente repentino, sin pararme a pensar qué diablos hacía hasta 500 kilómetros más adelante. Igual quedaba con unos amigos y amanecía en Vigo sin dar explicaciones a nadie, medio borracho, desayunando ostras en la calle de la Piedra, o viajaba hasta un puesto de comida rápida que hay en la Boca do Inferno, entre Estoril y Cascais (al norte de Lisboa), sólo para comerme un perrito caliente con una infame cerveza Sagres y fumar sentado sobre las rocas, mirando el Atlántico.
...Con los años he sabido adaptarme a mí mismo, soportarme con paciencia, casi quererme. Y ya no necesito huir.